
Cuando se realiza la compra de una vivienda, es común que ambas partes firmen un contrato de arras. Este acuerdo sirve como una garantía para el comprador, adelantando una parte del precio final del inmueble como señal de su intención de adquirirlo en el futuro. Existen varios tipos de contratos de arras, y la elección de uno u otro depende de las condiciones acordadas entre las partes, incluyendo las posibles consecuencias en caso de incumplimiento.
¿Qué es un contrato de arras?
Un contrato de arras es un acuerdo privado entre el comprador y el vendedor de un inmueble. Su propósito es formalizar el compromiso de compraventa y detallar las condiciones del acuerdo, como el precio, el plazo y otros aspectos relevantes. En este documento, el comprador se compromete a entregar una cantidad de dinero como anticipo, que se descontará del precio final de la propiedad.
¿Para qué sirve un contrato de arras?
Este contrato tiene como principal objetivo proteger a ambas partes en la transacción. Para el comprador, garantiza que el inmueble no será vendido a otro interesado, mientras que para el vendedor asegura que el comprador está comprometido con la adquisición. Además, el contrato de arras establece las consecuencias si alguna de las partes incumple lo pactado. Por ejemplo, si el comprador decide no seguir adelante con la compra, podría perder el dinero entregado como arras. Por el contrario, si el vendedor incumple, es común que deba devolver el doble de lo recibido.
Información esencial en un contrato de arras
Un contrato de arras debe incluir los siguientes elementos clave:
Tipos de contratos de arras
Existen tres tipos principales de contrato de arras:
¿Cuánto dinero se entrega en un contrato de arras?
Generalmente, el importe de las arras corresponde al 10% del valor de venta del inmueble. Sin embargo, esta cantidad es negociable entre las partes y puede ser mayor o menor dependiendo del acuerdo. Este adelanto se restará del precio final de la vivienda.
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